¿Sabía Ud. que el tiempo en pantalla y el tipo de contenido que sigue en redes sociales pueden afectar su estilo de alimentación, así como su salud mental provocándole ansiedad y estrés y no ser consciente de ello?
El nutricionista y Doctor en Psicología, Nelson Hun, cuenta que lleva años investigando el comportamiento alimentario en diversos grupos; más recientemente se interesó en la influencia del uso de las redes sociales sobre esta conducta.

Empezó en 2023 analizando cómo el tiempo en pantalla y el tipo de contenido al que acceden los adultos emergentes (entre 18 y 35 años), afecta su comportamiento alimentario.
Dice el académico de la Universidad Santo Tomás que el tipo de aplicación usada varía con la edad: mientras más cerca de los 18 años, aumenta el uso de Tik Tok y hacia los 35, reina Instagram. Destaca que el contenido en Tik Tok es más dinámico y cotidiano mientras que en Instagram es mucho más estético y producido.
En ese contexto los contenidos viralizados provocan en las y los seguidores un estilo de alimentación emocional y otro restrictivo que se entrelazan. El investigador explica que el emocional “me lleva a comer cuando tengo alguna emoción negativa, lo que sería un mecanismo compensatorio para lidiar con ella”, dice.
Por otra parte, la alimentación restrictiva -para mantener o reducir peso corporal-, deriva de la exposición constante “a estilos de vida hiper saludables o cuerpos hiper ideales, que generan ansiedad al compararme con ellos, estimulando la alimentación emocional y, al mismo tiempo, la restrictiva. Es decir, tengo que restringir mi alimentación para cumplir ese ideal; pero, independiente de si lo logre, el estilo de alimentación se gatilla igual”, expresa el entrevistado.
Añade que las mujeres presentan mayor alimentación emocional y restrictiva, porque “la presión social que genera este ideal estético es mucho más fuerte en ellas”.

También investigó la calidad del contenido de las publicaciones más vistas, “y ninguna pasó de `media´ porque su único fin es que sean consumidas; da lo mismo si genera impacto positivo o negativo o es verídico”. Agrega que el otro gran problema, es que se entregan recomendaciones alimentarias y nutricionales sin ser especialista y que la gente prefiere esos contenidos antes que los de expertos.
Pero hay una forma de salir de ese círculo, según el académico. Indica que el peak de estrés y ansiedad se produce cuando la exposición a las redes es mayor a 3 horas diarias, lo que ocurre en la mayoría de los casos. Por lo tanto, se puede controlar si se toma conciencia de esa situación que no es fácil, porque las redes sociales distorsionan la temporalidad.
Nelson Hun reflexiona en que el desafío para los profesionales está en utilizar las redes como una herramienta para educar y aconsejar a la población, para lo cual tienen que formarse en comunicaciones para transmitir de manera más efectiva los mensajes al otro.


