Con el objetivo de investigar y colaborar con la comunidad, un grupo de estudiantes de la Escuela de Enfermería de la Universidad Santo Tomás implementó un programa de intervención comunitaria para prevenir la demencia en adultos mayores de la región de La Araucanía. El proyecto incluyó aspectos teóricos y, sobre todo, espacio para vivir experiencias de conexión con sus pares y con ellos mismos, que no olvidarán.

Durante tres meses de trabajo comunitario, los estudiantes compartieron su conocimiento con los 20 participantes, enfocándose en la prevención del deterioro cognitivo y sus eventuales repercusiones. A lo largo de este período, la intervención se centró en proporcionar orientación y herramientas prácticas para abordar los diversos factores relacionados con el desarrollo de la demencia, tales como las enfermedades crónicas, la falta de actividad física y el limitado contacto con familiares.

En relación con este aspecto, la doctora en Enfermería y docente a cargo del proyecto, Catalina Sepúlveda, destacó que la intervención incluyó un total de seis módulos, uno de los cuales estuvo enfocado en el fortalecimiento de la espiritualidad. Al respecto, señaló: «algunos estudios indican que una vida espiritual activa podría mejorar la resiliencia emocional, lo que, a su vez, podría reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como la demencia, mientras que otros sugieren que factores como el apoyo social, la salud física, y la estimulación cognitiva son igualmente importantes».

Catalina Sepúlveda

Desde esta mirada, Sepúlveda indicó, que se “incluyó una charla sobre la importancia que tienen   los aspectos ligados a la fe para la salud mental y, como ejercicio, se realizó una activación mediante una meditación guiada para que pudieran abordarlo desde una experiencia práctica. La experiencia fue muy buena, tanto para participantes, como para alumnos”.

Otro módulo fue el de activación cognitiva. En este caso, “la tarea consistió en la preparación de una esencia, aprovechando los recursos locales. En Temuco, el uso de hierbas tiene una tradición significativa, por lo que los estudiantes trabajaron con los ingredientes necesarios y guiaron a los participantes en el proceso de elaboración de una esencia energizante. Esta actividad no sólo promovió la estimulación cognitiva en las y los adultos mayores, sino que también permitió aplicar conocimientos prácticos, los cuales pudieron utilizar posteriormente en su vida diaria”, afirmó.

La importancia de la promoción en salud

Por otra parte, se brindó orientación sobre aspectos relacionados con los estilos de vida, los cuales, según la evidencia, están estrechamente vinculados al riesgo de desarrollar demencia. «Se trabajó en la promoción de una alimentación saludable, mediante actividades de cocina, y en el fomento del ejercicio físico, de una forma amena y accesible. Además, los estudiantes asistieron a los participantes en la organización de sus medicamentos utilizando cajas organizadoras. Esta intervención resultó fundamental, ya que varios de los adultos mayores compartieron que, al olvidar las dosis, tendían a tomarlas todas juntas», explicó la coordinadora del proyecto.

Por esta razón, Catalina Sepúlveda subraya la importancia crucial de la promoción de la salud en la prevención del deterioro cognitivo: «Esta intervención nos permitió constatar, directamente en las comunidades, el profundo impacto que tiene el trabajo cercano con las personas, mostrándoles cómo pueden mejorar sus estilos de vida y fortalecer aquellos factores protectores contra la demencia. Los participantes se mostraron verdaderamente agradecidos, con un entusiasmo notable por seguir participando en este tipo de experiencias», concluyó.

Los resultados de esta investigación, que relaciona la intervención comunitaria con la prevención de la demencia fue publicado por la revista “Salud, Ciencia y Tecnología” y pueden ser revisados en el siguiente link.

https://doi.org/10.56294/saludcyt20251045