Con un extenso estudio para la fabricación de cementos verdes en Chile a partir de deshechos de relaves mineros, que finalizará este año, nuestro país ya inició el camino para ponerse a la vanguardia con este producto sucedáneo fundamental para la construcción a nivel global.

El proyecto de investigación aplicada que busca desarrollar cementos verdes en base a relaves de escoria de cobre, obtuvo la mejor calificación en el concurso FONDEF IDeA 2023 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a nivel nacional. Actualmente, avanza en Copiapó, Viña del Mar y Santiago y está pronto a finalizar durante este año. Su equipo de trabajo está liderado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Atacama (UDA), además del aporte de dos empresas del sector minero.

La importancia del cemento verde para Chile

La industria del cemento es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones globales de CO2. Este impacto se debe principalmente al proceso de calcinación, que implica descomponer la piedra caliza a altas temperaturas, liberando grandes cantidades de CO2. Además, el consumo energético y la extracción de materias primas contribuyen al impacto ambiental.

El cemento verde es una variante del convencional que se produce utilizando técnicas y materiales que generan una menor cantidad de emisiones de dióxido de carbono. Al ser un país minero, Chile produce gran cantidad de deshechos de relaves de cobre, productos altamente tóxicos para el medio ambiente, que pueden ser utilizados como base para el desarrollo de cementos verdes. 

Por lo anterior, su fabricación en base a deshechos de relaves de cobre representa un área de alto interés para el desarrollo científico y económico del país con el potencial de situarlo como líder regional en la fabricación de este producto.

Desafíos y perspectivas

Sin embargo, el avance del cemento verde en el país enfrenta desafíos, como la falta de normativas específicas, la falta de inversión de parte del Estado en el desarrollo de este producto, el costo inicial de producción y la necesidad de educar a los actores de la construcción sobre los beneficios de este material. A pesar de estos obstáculos, la necesidad de Chile por cumplir con sus compromisos ambientales y el creciente interés por reducir la huella ambiental de la industria de la construcción están acelerando la transición hacia soluciones más sostenibles.

A medida que el cemento verde se convierta en una opción estándar, estaremos un paso más cerca de construir un futuro más sostenible, en el que las ciudades puedan crecer en procesos de expansión que respeten y protejan el planeta.