El uso de las energías renovables se expande y para fines de esta década, el planeta podría sumar más de 5.500 gigavatios, satisfaciendo la mitad de la demanda mundial de electricidad. De esta cifra, el ochenta por ciento será fotovoltaica.

El informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), resulta auspicioso expresando que esos 5.500 gigavatios de incremento representan casi tres veces el aumento que hubo entre 2017 y 2023.  Sin embargo, no se estaría alcanzando la meta comprometida en la Cumbre COP28 realizada en 2023, de triplicar la capacidad renovable para esa fecha. Se estima que ese incremento llegue al  2,7. 

Pese a lo anterior, la entidad estima que es posible triplicarla “si los Gobiernos aprovechan las oportunidades de acción a corto plazo”, lo que requiere de “planes audaces” y más cooperación internacional con regiones en desarrollo como África y el sudeste asiático.

En el documento anual de perspectivas sobre las renovables, se explica que este crecimiento proviene no solo de los esfuerzos por reducir emisiones o aumentar la seguridad energética, también porque las energías solar y eólica constituyen hoy las opciones más económicas. La solar fotovoltaica, por sí sola representará el 80 por ciento del crecimiento de la generación de electricidad renovable. Pero también la eólica, según la AIE, alcanzará una mayor expansión después de años difíciles. 

Destacan que el gran motor que es China, país que contará con casi la mitad de la capacidad renovable del mundo hacia el 2030, mientras que en 2010 solo representaba un tercio.  

Asimismo, prevén que la capacidad de fabricar paneles solares se triplique en la India y en los Estados Unidos. Sin embargo, como en China sigue siendo más barato producirlos, se sugiere a los gobiernos buscar un equilibrio, sopesando prioridades como la creación de empleo local y la seguridad energética.

Este importante desarrollo de las renovables en el ámbito eléctrico, es eclipsado si se mira su peso en el conjunto del panel energético. Su proyección al final de la década es que represente solo un 20 por ciento (un 7 por ciento más que hoy). Es decir, el ochenta por ciento de la demanda se deberá seguir cubriendo con combustibles fósiles porque los renovables continúan siendo más caros. 

En ese escenario, la Agencia sostiene que se requiere acelerar significativamente la adopción de biocombustibles sostenibles, biogás, hidrógeno y combustibles eléctricos. Si este cambio no se produce, su participación se mantendría bajo el 6 por ciento a fines de la década. 

Al parecer en el tema de  los combustibles renovables, el planeta aún no tiene una ruta clara a seguir.