
Sobre el 50 por ciento de los adultos mayores sufre de pérdida auditiva, la que puede provocar aislamiento, depresión y hasta deterioro cognitivo. Por ello, resulta indispensable contar con herramientas que permitan una detección precoz de este problema. Investigadores de la Universidad Santo Tomás, han propuesto una prueba rápida de diagnóstico que permitiría reconocerlo tempranamente.
El oído humano tiene la capacidad de escuchar hasta 20 mil hertz por segundo. Con la edad, se va deteriorando esta condición, siendo las frecuencias agudas las primeras que se pierden. La audiometría evalúa la audición entre 250 y 8.000 hertz, calificándola de normal si se perciben los sonidos, al menos, entre 20 a 25 dBHL. Sin embargo, sobre los sesenta años, la mitad de las personas ya sufre algún grado de daño auditivo o hipoacusia.

Se ha probado que una detección precoz de la hipoacusia permite mantener una mejor calidad de vida. “La dificultad auditiva provoca aislamiento social, depresión y -en el último tiempo- existe mayor evidencia de que se asocia a deterioro cognitivo”, expresa el académico de la Universidad Santo Tomás, sede Viña del Mar, y magister en audiología, Sebastián Rivera.
Señala que en una reciente publicación de la revista científica The Lancet sobre la demencia, se menciona que la pérdida auditiva alcanzaría a un 7 por ciento dentro del 45 por ciento de potenciales factores modificables para ese problema. Por ello, indica, “podríamos decir de manera indirecta que si intervenimos tempranamente la hipoacusia evitaríamos, en un cierto porcentaje, que se llegue a un deterioro cognitivo importante”.
El docente viene retornando del Congreso Mundial de Audiología en Paris, donde presentaron junto a Felipe Retamal, director alterno del proyecto, los resultados de un reciente trabajo de investigación -financiado por el FONIS- que propone una nueva y simple herramienta para detectar este problema de manera temprana.
Diagnóstico más preciso
En Chile, mediante el GES, se garantiza entrega de audífonos desde los 65 años, con confirmación diagnóstica de hipoacusia desde el grado moderado. Sin embargo, no se incluye su detección, explica el entrevistado. Por ello, junto a su equipo, probaron el uso de un test auditivo rápido para las personas mayores, que permite evaluar precozmente este problema, lo cual resulta crucial ya que estas se toman entre 10 y 15 años en solicitar ayuda.

Explica Sebastián Rivera que utilizaron celulares para hacer screenning auditivo. Mediante la aplicación u-Hear de descarga gratuita, aplicaron un test que integraron al Examen Preventivo de Salud del Adulto Mayor, EMPAM, que se efectúa en atención primaria. Este, si bien, permite reconocer patologías crónicas, no dispone de una estrategia sistematizada para buscar y detectar el problema auditivo. El estudio consistió en comparar la precisión diagnóstica y aceptabilidad en las y los usuarios, de la forma habitual de evaluar problemas auditivos con el EMPAM y con la nueva herramienta (donde se aprieta la pantalla cada vez que se oye un sonido por el celular).
En resumen, se estableció que la nueva herramienta detecta 9 de 10 hipoacusias -desde pérdidas leves- mientras que con el método actual solo se reconocen 3 de 10. En ese sentido, destaca el investigador su importancia “para intervenir en las primeras etapas”.
Concluye el académico que si bien el GES no cubre la hipoacusia leve ni garantiza su detección, los resultados de este proyecto de investigación “permitirían potenciar una política pública, ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas mayores”.
El equipo de trabajo estuvo compuesto también por Felipe Retamal, Universidad de Queensland; Eduardo Fuentes, Universidad Católica de Chile; Anthony Marcotti, Universidad San Sebastián y Ximena Contreras, directora cesfam Algarrobo.
