También llamado hidrógeno renovable, el Hidrógeno Verde (H2V) se obtiene mediante electrólisis del agua usando energía renovable por lo que no genera emisiones contaminantes, convirtiéndolo en un combustible limpio y sostenible. Chile, por disponer de una gran capacidad para producir energía solar y eólica está en una posición privilegiada por su bajo costo. Sin embargo, debe impulsar, primero, el desarrollo de esta industria. Hace años que se sabe de nuestras potencialidades como nación para lograr una posición de liderazgo en la producción de Hidrógeno Verde. Así, a la creación de una Estrategia Nacional ahora se suma el Plan de Acción 2023-2030, cuyo objetivo es instalar una industria de H2V a través de acciones de diversas instituciones gubernamentales.

Desde hace un año se han puesto en marcha los primeros proyectos que operan con H2V en Chile. De esta manera, Gas Valpo está inyectando este combustible en sus redes de gas natural que abastecen a cerca de 1.800 familias en La Serena y Coquimbo. Por su parte, Walmart instaló una planta industrial de este tipo en su centro de distribución de Quilicura. Esta permitirá -en una primera etapa- reemplazar las baterías de plomo-ácido de 200 grúas horquillas, evitando producir 250 toneladas de desechos tóxicos al año.
Para que estas no se queden como iniciativas aisladas, el plan del Gobierno es impulsar políticas públicas que impulsen esta línea de desarrollo abriendo la exportación de hidrógeno y derivados y contribuyendo, además, a la descarbonización energética. No olvidemos que el país tiene como mirada obtener la carbono neutralidad en 2050.
Plan de trabajo
El ministro de Energía, Diego Pardow, señaló que este plan ofrece “un camino común, claro y concreto para aprovechar la oportunidad única con que cuenta el país.” Detalló que permitirá crear las condiciones para esta nueva industria, “la generación de empleos de calidad; el desarrollo de encadenamientos productivos en regiones y avanzar en innovación y desarrollo tecnológico que permitan el desarrollo económico y social de Chile y una contribución sustancial a la lucha contra la crisis climática”.
En la práctica la hoja de ruta considera 81 medidas y 18 líneas de trabajo, que deberán implementarse en dos ventanas temporales: entre 2023-2026 y 2026-/2030.
La primera, buscará establecer estándares para el desarrollo de la industria permitiendo contar con un sistema de permisos eficientes, impulsar la investigación y avanzar en incentivos tributarios y financieros.
Para sostener esta etapa, se contemplan diez hitos entre los que figuran la instalación de equipamiento de electrolizadores en liceos técnico profesionales. También, la apertura formal de la Ventanilla Facility H2V con crédito verde, para apoyar el financiamiento de proyectos de hidrógeno. Se añade, el cierre del primer proceso de asignación de terrenos fiscales, concretando proyectos principalmente en la Región de Antofagasta; asimismo, el inicio de operaciones de la planta de hidrógeno verde en Cabo Negro, Magallanes y la puesta en marcha de Centros de Desarrollo Tecnológico para fortalecer la capacidad de innovación en esta área.
La segunda ventana, se focalizará en aspectos como la certificación para la apertura a mercados verdes; la articulación de encadenamiento productivo y desarrollo local, y la preparación del capital humano para el desarrollo de la industria.

